Del amor desvestido

Sin mariposas en el estómago cuando te hablo.
Sin miradas nerviosas si te veo o me ves.
Sin palabras torpes que no me salen.
Sin mi cuerpo algo pudoroso.
Sin espacios en blanco ni silencios incómodos.
Sin caricias escondidas en mis manos tímidas.

Con las mariposas libres danzando sobre mi cabeza.
Con los ojos seguros, descansando en los tuyos.
Con la conversación limpia, de mañana o de noche.
Con la piel entregada, aventurera de ti.
Con todo el tiempo del mundo para dejar de hablar, y escucharte.
Con lo que me digan mis dedos, en ti, valientes.

Nadie más que tú.
Nadie más que yo.

Los cuerpos cada vez más desnudos.
Las miradas cada vez más profundas.
Los oídos cada vez más agudos.

Más dentro tuyo, esta que escribe.
Más dentro mío, tú, la que lees.

No es decir gracias

No doy por sentada tu presencia.
Porque no da lo mismo el que seas tú y no otra.

Llegaste para provocar en mí miles de cambios.

También para combatir mi cansancio,
para animarme en la pena del día,
para contarte incluso mis cabezas de pescado,
para enfermarme acompañada,
para saber que mis sueños eran reales,
para darme cuenta que el amor es paz y no guerra.

Y porque no doy por hecho el que me ames,
te amo de distintos modos y en distintos sitios.

Esta es mi estrategia.

No es dar gracias.

Es reconocer que existes,
que me río por dentro,
que me brota la piel,
que me se me achican los miedos,
que se me agranda el alma.

Es saberme millonaria,
porque me amas.

Por ser tiempo de suma

Quiero contarte que esta noche es como otras.
El día muere en sus últimos minutos
y la gente descansa los cuerpos en sus camas.

Se suma una jornada a mi cuerpo, lejos del tuyo.
Y a pesar de ello, esta noche no es como otras.
Solo parece serlo.

No solo tengo la esperanza.
No solo te espero.
Te vivo mientras te quiero.

Reconozco que muchas te extraño
y me pesan los kilómetros y los silencios
que llenan mi casa.

Sobretodo, en días como estos,
cuando tanta humanidad se me cae al suelo,
cuando miro al cielo buscando respuestas...

En noches de estas,
agradezco el corazón que todavía se me prende
y la mente que aún corre rápida y punzante.

En noches de estas,
importa que llegas, firme,
con tu palabra, con tu ojo atento y tu mano suave.

Y esta noche en particular,
decido que están contados estos días separadas.
Fecha de expiración tienen.

Te acuerdas?

Te acuerdas de nuestros inicios juntas?
Siempre los rememoramos, es cierto.
Pero hoy me acuerdo.

Cuando corría al mail, apenas llegaba al trabajo o a la casa,
porque encontraba siempre un mensaje tuyo.
La distancia hacía su trabajo y claro,
te extrañaba, me extrañabas...

Te escribía de vuelta, te pensaba en canciones que luego enviaba.
Tú me ponías tus letras y en ellas tus besos, tus caricias. Yo deliraba.

Hablábamos por horas, hasta que llegaba el momento de despedirnos.
Imposible, resultaba.
Te quiero. Te amo. Besos. Me voy... a la 1... las 2... las 3...
Y la cuenta nunca funcionaba mucho.

Intentábamos todo cuanto había disponible
para estar más cerca. Y lo lográbamos.

Te acuerdas de nuestro encuentro en el terminal?
Qué suerte grande y la dicha inmensa de verte justo en la esquina!!
Se me salió el corazón por la boca.
Desde entonces, comenzaron nuestros días más largos.
Entendimos que esto iba en serio. Que de otro modo no se podía.

Fuimos entendiendo que era delicioso y bueno compartir el día a día.
Vernos. Oírnos. Mirarnos. Escucharnos. Sentirnos.

Amor, hoy me acuerdo de ello, mientras te espero.
Siento exactamente lo mismo.
Te extraño y ansío el momento de verte.
Sé que a ambas nos sucede.
Que no tenemos que acordarnos.
Es presente ese deseo, esas ganas.

Tengo toda la suerte del mundo concentrada en una palabra:
Tú.

(Humilde, tu Pili, que te ama)

Cuando el tiempo dice lo suyo

Sabes?

Ya que no ha sido batalla el querernos,
ya que nos resultó natural y bueno este cariño,
armemos la idea de nuestro rincón.

Ambas sabemos que el hogar es mirar en los ojos de la otra.
Busquemos un sitio que nos refugie, que nos permita retomar energías para el día siguiente.

Porque compartir contigo las mismas murallas no será solo el dar "el siguiente paso".
Es reunirnos cada noche a comentar cómo nos fue en el mundo, cómo lo hicimos para dar la pelea.
Es despertar junto a ti y dar las gracias, porque nos decimos "suerte" y "te amo".

Esto no es convención ni locura.

Es lógica y magia.

Sumar 2 más 2.

Y que el resultado salga 1 millón.

Desenredando

Seré breve. A esta hora de la noche te veo dormir y doy gracias.

Este caminar juntas, donde cada una crece... es para llorar de alegría.

Me voy desenredando y entendiendo en ti.

Ven

Aunque no te he contado
el plan que tengo para descubrir tu piel,
me imagino que tú te imaginas...

Solo te pido que guardes tus ideas acerca de mis ideas,
que luego de ejecutada la estrategia, me cuentes que tenías en mente.

Es cierto que cuanto digo podría ser incierto,
a falta de aclaraciones expeditas y explícitas,
pero he de ir pronto al grano,
sin asustarte con la sorpresa.

Así es que ven,
juntémonos a la hora de la luna,
o del sol, da igual.
El orden de los factores, desordenados,
será respirar,
explotar,
llegar.

Y si no le gusta, la puerta es ancha

Una mujer sola quiere salir adelante. Sin hombre por delante, ni por atrás, ni por el lado. Si ella asume esa decisión desde ya inusual, recibe no solo las preguntas clásicas, ¿cuándo te casas? ¿y los hijos?, sino que al querer responder honestamente, se le castiga.

Y se le castiga de la manera más cobarde y eficiente que tiene el sistema para hacerte saber que no eres bienvenida. Te niega con todo el poder de la ley. Solo vales en virtud de que te valide un hombre.

Usted no puede postular a esta vivienda, usted no está casada ni tiene una pareja hombre.
Usted es mujer sola.

Usted es una insolente.

Ellos dicen que si no te gusta, la puerta es bien ancha.
Mentira, primero porque la puerta nunca ha sido ancha, siempre es una angostura asfixiante.
Segundo, porque no hay puerta; las puertas son opciones.
Lo que se ofrece es darse contra la muralla.

Y sabes, Natalia?

Le vamos a doblar la mano a este sistema de mierda.
Somos dos. La cuerda es doble y costará mucho mas cortarla.

De la mano

En las buenas y en las malas.
Y las malas son buenas.

Así.
No es ponerle buena cara al mal tiempo.
Es no ver el mal tiempo,
es tener la cara siempre buena de tanto amar.

Así es para nosotras.

Tanta gente queriendo sacarse el Kino.
Tanta gente asistiendo a la aglomeración que sea,
para hacer la fila correspondiente: aquí usted tendrá cosas y será feliz.

Tanto error.

Y nosotras, con tan poco,
todo lo tenemos.

El sol de la manaña,
el decirnos "te amo",
el sentirlo y vivirlo.

Vamos de la mano.

Somos afortunadas.

____________

Ánimo, mujer de mis sueños despiertos.

Entre tú y yo

No quiero poner todo en palabras.
No se puede.
Es más bien vivirlo y punto.

Pero entre tú y yo...
hay algo enteramente arrebatador y tierno a la vez.

Se trató de eso desde un principio.
Mirarnos y entenderlo todo.

En esta unión hay carnaval,
hay un árbol al que ponernos a ver la tarde caer,
hay un lanzarnos juntas a un abismo que sube,
hay un sabor dulce y de paz.

Nueve

Por ser un número feliz para dos afortunadas en esta Tierra,
hagamos un recuento de algunos motivos y casualidades.

Este año es 9.

Son además, 9 las cositas que de ti me prenden:

1. Tu voz suave ronca y atrayente (de imán para mí).
2. Tu mirada profunda y tierna (de la que yo huía y me acercaba a la vez)
3 Tu palabra sabia, distinta y sencilla (de la que me comfío totalmente y en la que busco consejo)
4. Tu pelo oscuro y brillante (al que puedo acariciar con total gusto)
5. Tu piel de aire y fuego (que es refugio y deseo)
6. Tu andar pausado (por fin no tengo que correr detrás de nadie, sino que me acompañas)
7. Tu corazón honesto, valiente y lindo (de ahí yo estoy conectada a ti sin remedio)
8. Tus gestos serenos (los que me van pareciendo cada vez más inevitables de atender)
9. Tu humor irónico, negro y libre de prejuicios (porque fue escucharnos y reír juntas)

Son, en realidad, más que 9, es una lista mucho más larga.

De la magia, el cielo y su luna,
de esos encuentros estelares,
de esas coincidencias vitales,
hablemos más adelante.

Queda mucho por escribir en este libro.

Regalo

Cierto, era un poco engañarnos hablar de lo poco que nos extrañaríamos.

Era mucho.

Quererse también era mucho.

Amarse se fue dando sin apuro.

Hoy me llega este regalo.

Empieza con N.

Termina con A.

Se llama tú.

Gracias.

Partiré diciendo algo

Algo es esto:

Van pocos días desde que te fuiste.
Pero aunque sean pocos días, yo te extraño.

Es que mira, se trata de un asunto simple:
tus besos, tu mirada, tus manos, tus palabras me faltan.

Cómo visitas mi boca con esas ganas suaves y cálidas,
cómo pones tus ojos en los míos, que tímidos, miran hacia otro lado,
cómo dices lo que dices, siempre sorprendiéndome,
con esa calma de quien lucha paso a paso con esto llamado mundo.

Yo te extraño porque cuando partes, cosa que entiendo y acepto,
cuando partes, me da por considerar que mi boca y mi piel se quedan solas, casi sin razón de ser. Y a mis oídos les cuesta escuchar palabras distintas.

Parto diciendo eso. Termino con esto otro:

La distancia no me hace temer, no consume lo que a ti me une.
La distancia solo comprueba que eres tú esa mujer que yo esperaba.
Desde caminar juntas, darnos la mano, comer algo, abrazarnos...
todo es motivo más que suficiente para desearte a mi lado.

Alive Day

Los generales de ahora son unos pitucos, no como los de antes, decían Papelucho, en su versión Historiador... razón, mi cabro lindo.

Hermosa tú, Marcela.

Hoy en sus cuarteles deciden a quienes enviar a la mutilación en nombre de
ese engaño llamado Patria. La madre Patria... vaya par de padres por los que pelear y perder en el mejor de los casos la paz mental, una pierna... un brazo.

Nunca volver a ser los mismos. Llenos de esos gritos, de explosiones que de seguro explotan una y otra vez en la cabeza.

Convertirse en un mártir al que condecoran con una medalla barata.
Inventarse un cuento heroico para no sentirse engañado con la promesa de servicio a cambio de mejores posibilidades de vida.

Somos pobres en muchos aspectos. Somos idiotas en tantos otros...


Al menos yo tengo mi Alive Day: será el 9 de cada mes.

Y si...

Mira, yo tengo algo que decirte. No es largo.
Se resume en dos palabras.
No soy la primera en pronunciarlas.
Son milenarias.

Hace un tiempo lo siento.
Tiene que ver con darte lo mejor de mí,
y pedirte que me ayudes con lo que en mí hay de horrible.

Tiene que ver con un deseo del alma:
compartir vida contigo,
planear un futuro firme, saludable,
construyendo un presente simple y real.

Está relacionado con el brillo que llevo en los ojos,
cuando me veo al espejo.
Es que yo a veces me ensayo diciéndote eso que quiero decir.
Y la mayoría de las veces está simplemente en mi modo de caminar,
de hablar y de levantarme en la mañana.

También lo llevo en la noche,
cuando el cansancio me sepulta en la cama.
Ahí está esa manera de sentirte,
tan profunda, tan enérgica...
sol seguro que sale en mi mañana.

Yo cierro lo ojos y los abro contigo.

Y si te cuento de qué se trata?

Cuando te vea, diré.
A tus ojos hablaré con los míos.
A tu cara daré la mía,
con esta alegría
con esta sonrisa iluminada,
esas dos palabras.

Hablo por mí

Si después de tanta caída,
de tanto desamor,
de ese cariño derramado
para que de todos modos se fueran de mi lado.

Si después de ese desangrarse,
del llanto por las noches,
de devolver cosas,
de quemar otras,
de desaparecer del mundo un tiempo hasta rearmarme.

Si luego de levantarme,
de retomar la vida diaria,
de seguir creyendo en el amor,
sin recriminaciones,
sin odios,
sin despechos,
aceptando que la gente toma caminos distintos al propio.

Si después de tanto aprendizaje con eso de los golpes de la vida,
al pasar encuentro a esa mujer de ensueño...

¿No tengo derecho a soñar mi felicidad con ella?

¿Debía pasar de largo y hacer como si nada?

¿Honestidad?

Honestidad fue detenerme y acercarme.

Llega

Camino por la calle,
entre muchos y muchas,
me subo a la micro, entre muchos y muchas,
ahí llega esa presencia cierta.

Y no es que llegue.
Solo me avisa con un susurro en el oído
o un roce transparente en la mano,
que siempre está.

Visible invisible.
De aire y de cuerpo.
Árbol con raíces.
Río que me baña.
Piel curiosa.
Baile nocturno.

Yo doy gracias.
Gracias a la vida por esto.
Gracias a la muerte por no visitarme aún.
Valiente, constructora, compañera, me siento.

Llega y se queda.
Siempre permanence.
Donde esté,
me lleva.

Idea Circular

Casi desde siempre
mi expresión ha sido el poema,
mi palabra el verso;
mi música, sino el ritmo,
la cadencia.

Atendiendo a mi deseo,
hablo,
le doy vueltas a una idea ,
sólo una ,
y subir por ella quiero,
por ella bajar,
siempre de a poco,
siempre rápido,
sin saber bien qué hago.

Intuyo que ese concepto
al que voy y del que vengo,
es rojo,
me quema,
pero el azul tambien me lleva,
y con eso,
la calma llega.

La piel de gallina,
dilatada las pupilas,
saliendo por mi boca,
a montones,
borbotones hecho el palpitar,
a explotar las venas,
a reír la risa,
me ronda,
me rodea,
por dentro, y por qué no,
por fuera...
esa sola idea.

Repite,
como repite la ola,
entre ceja y ceja,
fija y certera,
una imagen y presencia,
que no es sino la tuya,
entonces este círculo cierra
con una palabra: tú.

Tú eres tú,
al revés lo mismo,
tú eres tú,
y el decirlo no basta,
qué maravilla,
no eres alguien más,
sino tú,
mi idea,
mi poema,
mi carrusel,
mi montaña rusa.

____________________

Escrito a esa mujer que no existía, el 6 de Octubre de 2001, con esta PD:

Teniendo presnte que recibr es siempre posterior al dar, manifiesto que el "mi" y el "tener" son aplicables a personas en cuanto se les sienta cercanas e íntimas, pero libres de todo sentido de posesión.

Hablemos de la espera

Creo que la virtud de la paciencia se muere por la ilusión del ego.
Nos venden el "ahora ya porque tú lo mereces" con harto ruido de acompañamiento.

Creemos que buscar a nuestro ritmo es lo único que cuenta.
Y no sabemos esperar.

Trasladado a mi reloj propio,
lo anterior me hace concluir lo siguiente:

Deseo la tranquilidad, la calma de las horas.
Quiero dar esa pausa a pesar de mí misma.

Entender los tiempos y ritmos de otros y otras.
Guardarme el yo en el bolsillo. No apurar.

Que me sirva la palabra y el gesto

Ante la pena de ese adiós anunciado,
dar sin recelo ni reserva
mi despertar de cara al sol que se levanta
y ese rayo me que llega al alma,
cederlo no... compartirlo con tus días pálidos,
sobretodo, con esas noches en las que las ganas saben a nada.

Cuando se venga el amanacer obligado,
ese levantarse a enfrentar la mañana con el peso en el cuerpo,
que ahí esté mi abrazo y mi mano,
dando las fuerzas necesarias,
que te salga la risa, que te llene la esperanza.

Puedo recurrir a mis historias chicas,
esas llenas de absurdos,
esas que se oyen en breves palabras,
y logran esbozar una sonrisa en el rostro agotado por tanta batalla.

Decir finalmente, que se empieza por esto,
por los deseos de que mi gente querida esté bien ante todo.
Que así se levanta mejor mi día propio.
Se ríe más, se lucha mejor. Y se gana.

Yo digo que, pero

Yo digo que no importa eso de los límites,
pero tengo los míos bien puestos en las venas y la juntura de los huesos.

Este asunto me va moviendo de a poco las fronteras y aunque crean que no duela,
mis marcas dicen otra cosa.

Sin embargo, me ha llegado la hora de soñar.
Tengo la seguridad de que esto no es pesadilla.
Me llegó el minuto justo de un estado que no es vigilia ni inconciencia.

Es la mezcla perfecta.

Mientras tanto, me adivino humana.
Ojalá me entiendan.

Por favor, ahorremos

Creo que hay mucho de eso llamado boca a veces,
no digo que use poco la mía, es otra la protesta.

Es el exceso, primero.
La mucha cosa dicha, la que marea.
Ahí dan ganas de salir corriendo
o de tener algo a mano para lanzar,
si fuera tapón, es que caes de rodillas agradeciendo al cielo.

Luego, el problema de fondo. No hay fondo.
Y una ahí, prguntándose hasta cuándo escupen palabras vacías,
hasta cuándo el ego todo lo teoriza, tratando de aparentar inteligencia.

Si tan solo supieran que el resultado es el contrario... cerrarían la boca.

En la orilla

Importan muchas cosas,
como la luz y el viento.
El despeje de la maraña.

Importa la risa y la luna,
la honestidad, la calma.

No importa dar explicaciones,
ni los límites impuestos,
ni las ansiedades ajenas.

En suma y resta,
me sumo a dar mis pasos sin culpa,
aunque a la hora de sacar cuentas,
algo más de risas provoque.

Cómo vamos cambiando

Ahí estuvo la música y supimos que éramos en esencia las mismas,
reafirmando por qué nos habíamos conocido alguna vez en el camino de la vida...

Pero también comprobamos que los años van dejando una huella llamada experiencia, que cada una tiene sus dolores y alegrías a cuestas. Sus historias con todo tipo de finales.

Está la capacidad de hacer pausas,
de tomarle el gusto a los momentos,
nos quedamos más tiempo en los lugares,
echando raíces y dejando que la piel se acomode.

Y a la vez, sabemos retirarnos, por más que duela,
si la novela se torna turbia y nos notamos siendo personajes secundarios.
Porque cada cual tiene sus pasiones e ideales, los que a esta altura no se tranzan.
Aunque nunca los tranzamos... pero hoy las decisiones se toman y ya, sangre de por medio.

(para Pame y Lore)

Se me han pasado cosas por la cabeza...

Ideas.

Mira, muchas. Tanto despierta como dormida.

Que me he pillado salvando a la hermana chica, del río y todo (cuando tienen16, saben nadar solitas, si entienden a qué me refiero...)

Luego, ya despierta, la hermana me dice que tiene que hablar conmigo, porque me tiene confianza más que a nadie (y yo con mil rollos, si entienden a que me refiero...)

Pero resulta que es el pololo nuevo, tan nuevo que ZAS! Aparece sin previo aviso y el padre colapsa, que nadie le pregunta nada, etc. Y yo de nuevo, darle a esa aPilo que pone las palabras y la pausa familiar (entonces le pongo palabras en la boca al padre, tratando de traducir su rabia. Porque creí saber a que se refería él...)

Y eso es todo. Se me pasan otras ideas por la cabeza y me dan vueltas. Yo le doy vueltas a ellas.
Pero de esas... esas me las guardo para mí. Después les cuento.

Ojo con el ojo de la bomba

Óscar, disculpa, no nos conocemos mucho, pero te pido prestado el verso, ya? Yo te he publicitado en clases y a mis cabr@s les ha gustado el asunto central de tu escrito, estamos bien, entonces?

Es que mira... yo estoy poniendo algo de atencion, dentro de lo posible, a una sensación que estos días me visita... y me dio por acordarme de tu poema ese. No es que venga al caso, no estoy en llamas, ni he tirado una bomba sobre nadie ni he dejado miles de muertos solo para demostrar mi poderío...

Pero hay lunas que solo pueden admirarse de lejos. Y no desear. Hay círculos difíciles de romper y derrotar. Hay asuntos de mayor peso que el yo.

Y no quiero lanzar una bomba y terminar preguntándome "¿y ahora, qué hacemos con tanta ceniza?"

Y estos días

Alguien me dijo que estaba arrancando.
Qué cosa más falsa!
Yo regreso porque me espera la casa, las cuentas, mis animales.

Yo vuelvo de esos rincones hermosos de provincia a extasiarme de este gris de ciudad,
a llenarme los pulmones de basura, a sentir esos empujones de la gente,
a pedalear entre bocinazos e iras absurdas.

Así, por una parte, es más hermoso el volver a lo verde.
Así, por otra, me enamoro menos de todo,
porque sí, a veces me voy enamorando de esos sitios y su gente.
De la familia y la vida, sus vueltas.
Su reencuentros, sus decubrimientos...

Como echarle un poco de agua a las raíces secas.
Para luego instalarme en este rincón y esperar.

No sé qué. Yo estos días espero no sé qué.

De la vieja escuela

Anoche me llamaban esos deseos de siempre,
esos de salir a la calle a encontrar ese par de ojos que me digan algo,
unbrillo,
un gesto,
nada del otro mundo, pero tampoco de este.

Y detenerme, tomar lápiz y papel.
Correr tras ella antes que se vaya,
darle el poema hecho a su medida.

Luego irme, porque solo eso buscaba,
decirle a esa casualidad que era bella y especial,
disfrutar de mi breve valentía.

Jugar a que el destino puede tomarse prestado un rato,
creer que esa doncella aparecerá tantas veces como salgas a la calle.

_______________

Yo soy uno de esos amantes... este tema no podría ser más acertado
para mí. Será una canción de Mecano que recordaré.

Esa ciencia

No dejes que las cosas te molesten toda la vida.
Despierta o duerme.
La diferencia no es diferencia.
Se siente y se olvida.

Ven a mí recuerdo viejo,
ahora que perdí tu aroma.
Y por favor, no vengas preguntándome por tu rastro perdido.
El tiempo pasó. Nada más.

No era amistad,
eran labios y piel,
más afinidad en ciertas películas y canciones.

Luego cada una ha gustado de otros ojos y confluencias
que parecían astrológicas. Y han sido bellas las pieles a la luz de la luna.
Y han pasado, como todo pasa, dejando un rastro llamado experiencia.

Nos vemos. Y punto. Punto final.

Si nos topamos en una esquina mejor hagamos un comentario climatológico y riamos, amables.

Para qué más. La gente en eventos de estos aprovecha de sacarse los ojos.
Para qué.
Mejor seguir mirando hacia adelante.

La cosa de la virgen y la madre

Aquí estoy, con el cuerpo hecho mujer.
Con sus formas, sabores y verdades.

Me fue creciendo la gana de encontrarme con mi miedo.
Esa imagen pensada tantas veces, de mi piel envuelta en otra piel similar.

Me fue creciendo. Y me explotó la boca, la mano, el vientre.
Hasta que me atreví a reaccionar, a revolucionar mi ritmo cardíaco,
me rebelé a lo impuesto. A esa culpa paralizante y asquerosa,
tomé conciencia de la exquisitez del ser yo.

Y llegé a mí. Yo. Sola. Desnuda de la madre que recrimina con sus ojos mudos.
Arranqué de la virgen que en nada bebe de su placer.

Acá estoy, tomándole el gusto a esta piel nueva. Madura. Entera.
Me disfruto. Y me lleva, me lleva el orgasmo y su espera.

Lo siento, madre. Niña buena como tu la que tú crees... esa que muera.

Un beso

De boca y boca.
De labios juntos.

Me atacó un poco la idea.
Me tomó algo por sorpresa.

El cuerpo le ganó a la cabeza.
Y es poco lo que suena, pero ahi está,
de música de fondo.

Ese beso dado entre la música y la gente,
que lo invadían todo.

Y claro, el alcohol. La distorsión que me hizo bajar la guardia.

Pero bueno, debo decir que lo disfruté.