martes, 24 de febrero de 2009

Hablemos de la espera


Creo que la virtud de la paciencia se muere por la ilusión del ego.
Nos venden el "ahora ya porque tú lo mereces" con harto ruido de acompañamiento.

Creemos que buscar a nuestro ritmo es lo único que cuenta.
Y no sabemos esperar.

Trasladado a mi reloj propio,
lo anterior me hace concluir lo siguiente:

Deseo la tranquilidad, la calma de las horas.
Quiero dar esa pausa a pesar de mí misma.

Entender los tiempos y ritmos de otros y otras.
Guardarme el yo en el bolsillo. No apurar.

lunes, 23 de febrero de 2009

Que me sirva la palabra y el gesto


Ante la pena de ese adiós anunciado,
dar sin recelo ni reserva
mi despertar de cara al sol que se levanta
y ese rayo me que llega al alma,
cederlo no... compartirlo con tus días pálidos,
sobretodo, con esas noches en las que las ganas saben a nada.

Cuando se venga el amanacer obligado,
ese levantarse a enfrentar la mañana con el peso en el cuerpo,
que ahí esté mi abrazo y mi mano,
dando las fuerzas necesarias,
que te salga la risa, que te llene la esperanza.

Puedo recurrir a mis historias chicas,
esas llenas de absurdos,
esas que se oyen en breves palabras,
y logran esbozar una sonrisa en el rostro agotado por tanta batalla.

Decir finalmente, que se empieza por esto,
por los deseos de que mi gente querida esté bien ante todo.
Que así se levanta mejor mi día propio.
Se ríe más, se lucha mejor. Y se gana.

jueves, 19 de febrero de 2009

Yo digo que, pero


Yo digo que no importa eso de los límites,
pero tengo los míos bien puestos en las venas y la juntura de los huesos.

Este asunto me va moviendo de a poco las fronteras y aunque crean que no duela,
mis marcas dicen otra cosa.

Sin embargo, me ha llegado la hora de soñar.
Tengo la seguridad de que esto no es pesadilla.
Me llegó el minuto justo de un estado que no es vigilia ni inconciencia.

Es la mezcla perfecta.

Mientras tanto, me adivino humana.
Ojalá me entiendan.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Por favor, ahorremos


Creo que hay mucho de eso llamado boca a veces,
no digo que use poco la mía, es otra la protesta.

Es el exceso, primero.
La mucha cosa dicha, la que marea.
Ahí dan ganas de salir corriendo
o de tener algo a mano para lanzar,
si fuera tapón, es que caes de rodillas agradeciendo al cielo.

Luego, el problema de fondo. No hay fondo.
Y una ahí, prguntándose hasta cuándo escupen palabras vacías,
hasta cuándo el ego todo lo teoriza, tratando de aparentar inteligencia.

Si tan solo supieran que el resultado es el contrario... cerrarían la boca.

martes, 10 de febrero de 2009

En la orilla

Importan muchas cosas,
como la luz y el viento.
El despeje de la maraña.

Importa la risa y la luna,
la honestidad, la calma.

No importa dar explicaciones,
ni los límites impuestos,
ni las ansiedades ajenas.

En suma y resta,
me sumo a dar mis pasos sin culpa,
aunque a la hora de sacar cuentas,
algo más de risas provoque.


jueves, 5 de febrero de 2009

Cómo vamos cambiando


Ahí estuvo la música y supimos que éramos en esencia las mismas,
reafirmando por qué nos habíamos conocido alguna vez en el camino de la vida...

Pero también comprobamos que los años van dejando una huella llamada experiencia, que cada una tiene sus dolores y alegrías a cuestas. Sus historias con todo tipo de finales.

Está la capacidad de hacer pausas,
de tomarle el gusto a los momentos,
nos quedamos más tiempo en los lugares,
echando raíces y dejando que la piel se acomode.

Y a la vez, sabemos retirarnos, por más que duela,
si la novela se torna turbia y nos notamos siendo personajes secundarios.
Porque cada cual tiene sus pasiones e ideales, los que a esta altura no se tranzan.
Aunque nunca los tranzamos... pero hoy las decisiones se toman y ya, sangre de por medio.

(para Pame y Lore)

martes, 3 de febrero de 2009

Se me han pasado cosas por la cabeza...

Ideas.

Mira, muchas. Tanto despierta como dormida.

Que me he pillado salvando a la hermana chica, del río y todo (cuando tienen16, saben nadar solitas, si entienden a qué me refiero...)

Luego, ya despierta, la hermana me dice que tiene que hablar conmigo, porque me tiene confianza más que a nadie (y yo con mil rollos, si entienden a que me refiero...)

Pero resulta que es el pololo nuevo, tan nuevo que ZAS! Aparece sin previo aviso y el padre colapsa, que nadie le pregunta nada, etc. Y yo de nuevo, darle a esa aPilo que pone las palabras y la pausa familiar (entonces le pongo palabras en la boca al padre, tratando de traducir su rabia. Porque creí saber a que se refería él...)

Y eso es todo. Se me pasan otras ideas por la cabeza y me dan vueltas. Yo le doy vueltas a ellas.
Pero de esas... esas me las guardo para mí. Después les cuento.

lunes, 2 de febrero de 2009

Ojo con el ojo de la bomba



Óscar, disculpa, no nos conocemos mucho, pero te pido prestado el verso, ya? Yo te he publicitado en clases y a mis cabr@s les ha gustado el asunto central de tu escrito, estamos bien, entonces?

Es que mira... yo estoy poniendo algo de atencion, dentro de lo posible, a una sensación que estos días me visita... y me dio por acordarme de tu poema ese. No es que venga al caso, no estoy en llamas, ni he tirado una bomba sobre nadie ni he dejado miles de muertos solo para demostrar mi poderío...

Pero hay lunas que solo pueden admirarse de lejos. Y no desear. Hay círculos difíciles de romper y derrotar. Hay asuntos de mayor peso que el yo.

Y no quiero lanzar una bomba y terminar preguntándome "¿y ahora, qué hacemos con tanta ceniza?"

Y estos días



Alguien me dijo que estaba arrancando.
Qué cosa más falsa!
Yo regreso porque me espera la casa, las cuentas, mis animales.

Yo vuelvo de esos rincones hermosos de provincia a extasiarme de este gris de ciudad,
a llenarme los pulmones de basura, a sentir esos empujones de la gente,
a pedalear entre bocinazos e iras absurdas.

Así, por una parte, es más hermoso el volver a lo verde.
Así, por otra, me enamoro menos de todo,
porque sí, a veces me voy enamorando de esos sitios y su gente.
De la familia y la vida, sus vueltas.
Su reencuentros, sus decubrimientos...

Como echarle un poco de agua a las raíces secas.
Para luego instalarme en este rincón y esperar.

No sé qué. Yo estos días espero no sé qué.