domingo, 18 de diciembre de 2011

Lo que no se compra

Usted cree,
ilusamente, que posee.

Se levanta, nos levantamos,
tímidamente convencidos,
que esta vida es nuestra.

La de la tele, la del comercial.
Que es posible, solo se trata de esforzarse, un poco más.

Y paga los elementos, falseados.

El fuego es galón. Lipigas.
El agua es cañería. AguasAndina.
La luz es alambre. Chilquinta.
La tierra es casa o departamento. Dividendo.

Incautos somos.
Y peor, tontos.

Aceptamos sin discusión esta venta que jamás termina en posesión real.

Porque somos arrendatarios de nuestra propia Tierra.
Y quienes cobran mes a mes, son los dueños no del fondo,
no del contenido.

Son dueños de la forma y la difunden,
la difunden como verdad.

Detrás, mala educación,
detrás mala salud,
detrás publicidad.

Y creemos, creemos que tenemos.

Por eso, cuando tiembla, cuando el mar se embravece,
cuando el viento destruye, cuando el rayo parte,

me alegro.

Es el único momento en que todos, mentirosos y quienes creen en ello,
entienden que no importa el dinero.

Que somos nadita, con suerte poquito.

1 comentario:

matatomata dijo...

precisamente ayer pensaba en esto... en la electricidad... y otras variantes... tb a partir d lo NO IDIOTAS q son otros cmo los rapa en "La sombra del moai" docu bn decente...

y x eso mismo a palos cn los mapuches q nadie les vende la pomá q su tierra no es su tierra...