sábado, 29 de noviembre de 2008

Una semana


Es sábado. Ya se cumplieron siete días de delirio.
Quiero que no se me pase.
Me gusta ponerme nerviosa como cabra chica si te veo.
Me sorprende mi cabeza, imaginándote conmigo.
Estoy inventando diálogos entre ambas.
A veces soy torpe, otras acierto.
Algunas otras, tú te acercas y yo tiemblo.

No lo sabes, pero eres la primera que ocupa mis ideas
y me hace vibrar el cuerpo, en estos mese de secar lagrimas.

Te has convertido en algo así como la droga perfecta.
Alucino.
Estoy despierta.

martes, 25 de noviembre de 2008

Volando


Será por el nombre... no sé.

Pero Led Zepellin me cayó a golpes de gritos orgásmicos, guitarras electrizantes,
ritmos insinuantes, ondas que van y vienen. Al centro y me salen por los poros.

Estoy delirando.

Kind woman, te daría todo.
No sabes de este asunto del soñarte todos los días.
Te lo cuento acá.

No tengo que cerrar los ojos para imaginarte en una danza de cuerpos entregados.
Por favor no te sonrrojes ni digas que estoy muy pequeña para estas ensoñaciones.

Deja inventar que te doy la mano.
Que te beso.

Depués de todo, nadie lo sabe. Ni siquiera tú.

Tú que me acompañas ahora en los oídos,
con las notas que tú misma me dijiste, eran de tus favoritas.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Bosquejo


Cómo hablar de ti?
Eres apenas un bosquejo en mi cabeza.

Hoy me he quedado imaginando el resto del dibujo.

Creo que no impactas por la opulencia
del cuerpo, el caminar o la pretención...
Eres más bien una presencia casi muda.

Por raro que parezca, anoche te vi sentada y te saludé.
Lo raro fue que me dispuse siempre cerca tuyo.
como un imán muy suave, aunque insistente,
que me hablaba al oído: "no la pierdas de vista".

Entonces, a pesar de los mil lugares donde pude sentarme,
siempre estuve donde pudiera ver tu pelo,
tu oreja o tu pie (que suavemente movías al ritmo de la música)

La primera vez que te paraste, pensé que te ibas.
"No puedo dejar que se vaya, debo pasar la barrera del hola...
Necesito conocerla más.
Me gusta..." Y te seguí.

Inventé un conversación sobre tu hija.
Era lo único que podía decirte. Sin inventar-inventando.
Me despedí después de luchar con mis nervios
por dos minutos. El round fue productivo. Apenas tartamudeé.

Luego entendí que te quedabas a toda la velada.
Y que te ponías de pie cada cierto rato.

Seguí quedándome a metros de ti. Mirándote de reojo.
Me asaltaban las ganas de sentarme a tu lado,
porque "te había visto tan sola", pero hubiera sido una patudez de mi parte.

La noche me ayudó un poco, la gente comenzó a retirarse
y las sillas sobraban. Los entusiastas nos movíamos
para disfrutar del espectáculo.

Y vino mi golpe de suerte. Te sentaste cerca nuestro.
Yo me paré como buen caballero que soy.
"Siéntate aquí con nosotras", te dije.
En medio de una compañera y yo.
Dijiste "no gracias", insistí.
Accediste.
Me sentí brillante.

Y durante el resto de la jornada, el volumen de la música me favorevió.
Tuvimos que estar muy cerca para oírnos.

Entendí que salías a fumar. El olor a tabaco en ti lo decía.
No me importó. Podría bailar contigo "Tabaco y Chanel" algún día...

Llegó la hora de irse. La despedida.
Yo esperé mi turno. Dije "un gusto"
Dijiste "igualmente", me tomaste levemente por la cintura con tu mano izquierda.
Estuve despierta todo ese largo segundo.

Salí del salón primero.
Estaba oscuro todo afuera.
Cuidado con los escalones.

Miré hacia atrás, tus ojos me vieron, según yo,
pero probablemente estabas viendo lo mismo que todos:
la penumbra resbalosa.

Jugué a que la cancha era mía. Volé como avión
y luego me di cuenta que venías detrás de nosotras.
No sé si me dio verguenza o gusto... tal vez ambos.
Es que a tu lado soy una niña. La edad nos separa más de la cuenta.

Ha pasado un día entero.
He decidido verte lo más que pueda estos días que quedan.
Mientras tanto, recordaré que me hablaste al oído casi,
tu mano en cintura... el resto lo seguiré inventando.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Antes


A esta hora yo me levantaba varias veces,
porque no podía pegar los ojos.

Tecleaba unas letras penosas
que eran tiradas al viento.

No llegaban sino hasta mis propios oídos.

A esta hora estaba antes reducida como persona,
casi olvidada de mí, como mujer.

Hoy a esta hora no soy zombie.
Madrugo de puro poeta que me pongo.



jueves, 20 de noviembre de 2008

A ver qué pasa con el río


Cuando se escribe hay mucho de literatura en lo vivencial.
No es sirena a la que le cantas, pero se transforma en eso.

No es demonio a quien le envías conjuros-órdenes de restricción,
pero te sale en la hoja un ser bien oscuro.

No estoy retractándome ni explicándome.

Solo digo que por más experiencia de vida que sea, hay un juego de la palabra que nos sale. La ficción de la realidad se hace presente.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Being polite


Me gusta la mala educación,
pero contigo mejor seré moderada.

Si ya te fuiste, favor no molestar.

Ud ha iniciado nuevos caminos
y no entiendo por qué me reclama "en buena onda con mucho cariño"...

Guárdese la buena onda y el cariño mejor.

De una cosa sí estoy segura y clara:
eras algo así como CHernovyl,
bonito por fuera, pero bien radiactivo por dentro,
aunque digas que hiciste limpieza.

A las dos nos falta mucho,
para todo.

Y si ya se fue, por favor,
llévese hasta su sombra.

Sigamos siendo amables.
Y punto.

martes, 4 de noviembre de 2008

Para decirte sin palabras antiguas hola a este adiós


Estás ubicada en la nada,
en el medio silente,
en la memoria del recuerdo olvidado,
en la caricia que se quedó porfiada en mis dedos.

Ahí estás, todavía en mi pelo, lo sé.

Y en las canciones de amor, al menos, ya no apareces tú.

Me he liberado de las lágrimas y las sonrisas que le dio a mi boca tu presencia.

Te fuiste caminando y ya no te veo alejarte.

Ya no te despido.

Pero me ha dado por acordarme algo de ti.
Creo que es acomodo en el corazón.

Desalojo. Desarraigo paulatino.

Y saber convivir contigo de algún modo.

Esto ya fue.

Sin embargo, el que sea pasado lo hace nuevo.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Pasos adelante, pasos atrás


Yo sabía y no sabía a la vez.
Como cuando ves nubes negras, cargadísimas,
pero te dices: no va a llover.

Me dijeron las experimentadas en tormentas y salidas del sol,
que tendría avances y retrocesos.
Días buenos, de esos que te sientes valiente e inspirada.
Luego días medio grises, en los que te darán ganas de esconderte entre las sábanas.

Me lo dijeron.
Lo sabía.

Pero no lo había vivido.

Esta semana tuve una sola visión tuya.
Una sola llamada.

Y bastó para entenderlo.
Para saber que se vendrían nubes negras.

No puedo decir que te he olvidado.
Ni podría afirmar que te amo.

Pero no sé no amarte todavía.

Y mientras tanto, me declaro en período de convalescencia.